Si has notado que te aparecen manchas en las paredes de tu casa, puede ser que tengas problemas de humedad por condensación. A continuación vemos las causas de ese tipo de humedad.
Existen diferentes tipos de humedades que pueden afectar a las paredes y techos de nuestro hogar. Una de las más habituales es la humedad producida por condensación.
La humedad por condensación ocurre cuando el vapor de agua que se encuentra en el aire de nuestro hogar se transforma en líquido cuando entra en contacto con una superficie fría.
Es decir, cuando el agua pasa de vapor a líquido a causa del enfriamiento.
Por ejemplo: si la temperatura del interior de nuestra casa es mayor a la que está en el exterior, este tipo de humedad es habitual que aparezca en superficies como las ventanas, en las que se formarán gotitas de agua en el cristal.
También es muy habitual que la humedad aparezca en techos y paredes, con la presencia de manchas negras de moho en la pintura. En ocasiones incluso puede generar un fuerte olor a humedad.
En el caso de las ventanas, es muy habitual este problema cuando las ventanas no tienen rotura de puente térmico.
Y en el caso de las paredes, es más probable que aparezca esta humedad si no están correctamente aisladas.
Generalmente la humedad por condensación en una casa suele aparecer por no ventilar correctamente las estancias.
La razón es sencilla: estas actividades hacen que el aire del interior tenga más humedad de lo debido.
Entonces cuando entra en contacto con las superficies frías (ventanas, paredes o techos), esta humedad se convierte en gotas de agua.
Para evitar que nos parezca este tipo de humedad en casa hay ciertas cosas que podemos hacer.
– Ventilación: ventilar a diario todas las habitaciones de la casa aunque haga frío en el exterior.
Bastará con 5-10 minutos de ventilación y a ser posible tener varias ventanas abiertas para lograr que haya corrientes de aire.
En las estancias en las que no haya ventanas como pueden ser los baños, lo más recomendado es colocar extractores de aire.
– Secar la ropa en el exterior: evitar secar la ropa en el interior y no ponerla sobre los radiadores.
Si lo hacemos aumentamos esa humedad ambiental y hacemos que el problema de humedad por condensación aumente.
En estos casos lo mejor es tener emisores térmicos, aparatos de aire o sistemas de caldera y calefacción con radiadores.
Con este tipo de sistemas de calefacción se produce el efecto contrario: ayudan a secar el ambiente.
En todos los casos es importante no poner la calefacción demasiado alta para evitar contrastes de temperatura. Siempre debe estar a una temperatura ambiente.
– En cocinas y baños: es importante tapar bien cazuelas y ollas al cocinar y poner siempre en marcha la campana extractora. Así evitaremos que el aire de la estancia se humedezca.
En los baños, airear bien cada vez que se utiliza la ducha y en caso de no tener ventana, utilizar extractores de baño.